lunes, 5 de julio de 2010

Con la frente y con la marchita

Volver, todos vuelven.


Está claro, ¿no?

Dunga no fue tan bien recibido como Maradona.

Eso también está claro.

Ese impulso "bicentenario" siguió rodando por las calles y empujó a diez mil tipos (con hijos y todo) a ir a Ezeiza.

Bueno, cada quien puede hacer lo que quiera.

Pero definitivamente, espero que Maradona no siga en la selección.

Dirigir es un verbo más que fuerte.

Ya lo dijo Hugo Asch en una columna de Perfil: Maradona es incapaz del pensamiento abstracto. No puede más que dividir el mundo entre los que están con él y los contrarios.

No entiende qué son tácticas ni estrategias.

Es claro que sabe de fútbol, pero esto no garantiza saber transmitirlo.

Y como dijo Gonzalo Peltzer es turno de Carlos Bianchi.

¿Alguien se imagina a Bianchi dirigiendo ese partido del sábado contra Alemania?

¿Hubiéramos perdido 4-0? ¿Habríamos perdido, siquiera?

Me animo a dos respuestas negativas de un solo tiro.

Pero bueno, mientras sigamos teniendo ese anciano (Peltzer dixit) en la Afa con sus aires mafiosos y sus hijos que tienen aires más mafiosos aún, no sé qué se puede esperar. ¿Que se muera, tal vez?

Hace 31 años que está ahí. En fin...

Los mundiales pasan, nos ponemos viejos... Y los cuartos de final parecen ser un cerco cada vez más alto.

Por eso volvemos con frente marchita, pero con la frente (abollada) y la marchita (del adiós) retumbando como una vuvuzela en nuestras cabezas...

Simpática la FIFA al admitirlas... pese a que producían un sonido de 130 decibeles... muy superiores a los 90 db que admite el oído de la gente. Todo un dato, no?

Saludos amigos...

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