lunes, 19 de julio de 2010

Turno de entrevistas: Tito Mónaca, el hijo del integrante de la orquesta

Una de las notas publicadas este año en El Territorio consistió en la entrevista a Alberto "Tito" Mónaca, con el que tengo algunos denominadores comunes: origen italiano y una profunda relación con Eldorado (mi pueblo natal).
Bueno ahí va. Esto se publicó el Lunes 7 Junio de 2010 en la sección "La Misiones que se viene".


Hay que volver a formar los ciudadanos
Formado en la escuela de Leandro Saporiti llegó al periodismo casi de casualidad. Pero lo abrazó con tal pasión que nunca más lo abandonó. Monaca cuenta sus experiencias en el Alto Paraná donde conoció y admiró Eldorado
El auto se va acercando a la casa del entrevistado y él ya está afuera haciendo aspavientos. “Bajen, bajen", pide y le manda al fotógrafo cruzar la ruta 105 para que tome una foto desde el otro lado de un kiri gigante y muerto. “Es que estoy pidiendo al municipio que lo vengan a sacar. Tiene diez metros de alto y está seco. Acá pasan cientos de escolares por día y si esto se cae va a matar alguno. Pero no vienen, che”.


Alberto “Tito” Monaca espera cumplir 80 años en septiembre. “Los que me conocen, no entienden cómo ando tan bien”, dice. “Es que me conservo en alcohol, bromeo yo”, acota al hacer referencia a sus gustos por las bebidas.

Su vozarrón retumba cada vez que habla y la memoria no parece sufrir los embates de ocho décadas intensas de vida. Porque él -como los barriletes- necesita viento en contra para levantar.

Admite un antiperonismo visceral ya que durante los años 50 le impidieron ingresar a estudiar medicina, tal su deseo. Se emociona cuando piensa en los tantos homenajes que en vida ya le hicieron. Como cuando su comunidad adoptiva (Eldorado) lo recibió y le entregaron una plaqueta toda construida con maderas del monte y el perfil de Misiones: cada uno de los 17 departamentos provinciales tenía una madera diferente.

Y recordará cuando trajo metralletas para guerrilleros paraguayos que querían tumbar a Alfredo Stroessner. O cuando impulsó junto a Graciela Cambas y Honorio Rolón la bandera de Misiones que se inauguró en el monumento a Andresito. También sus aventuras por Buenos Aires y por Eldorado pese a que hace 40 años está instalado ahí en la entrada de Posadas muy cerca de la Garita.

“La otra vez veía enfrente en la escuela cómo los alumnos atropellaban a las profesoras con sus maletines para subir al colectivo. Y le dije a una: “Señora ¿cómo ustedes se dejan hacer eso?”. Y ella: “¿Y qué quiere que haga?”. Y yo: “Enséñele a ser ciudadano, a respetar a los mayores, a los maestros”. Y ella: “Y qué quiere que haga”. Y yo: “¿Usted sabe qué quiere decir 'ciudadano'?. Y ella: “Sí, por supuesto: habitante de la ciudad”. Ahí me di cuenta que ella era una habitante de la ciudad. Por eso cada vez la gente está más domesticada. Se puede tener un pueblo educado que quiera vivir en sociedad teniendo derechos -muy especialmente- respetando a los demás y cumpliendo los deberes. Hay que educar para volver a tener ciudadanos”.

Y reivindicará la Constitución como la gran arma para luchar por una provincia mejor. La tomará con sus manos y la blandirá como una espada. “Acá está todo: el artículo 2 que da el derecho de revocatoria, el 50 y 52 que habla de la necesidad de planificar en la provincia; el 79 que habla de las obligaciones de un funcionario sospechado” explicó.

La extensa charla de este hombre lleno de exabruptos (en Argentina se suele decir 'un gran puteador') y convicciones firmes es el mejor ejemplo de cómo el periodista se involucra en la vida y en la vida de las gentes… aunque él sólo quería ser un médico.

Hoy, en el día del Periodista, Alberto “Tito” Monaca es un ejemplo, una forma de ejercer el periodismo, una profesión a la que viviseccionará con el escalpelo de su dialéctica implacable. El lector deberá sacar sus conclusiones. Tito -hace rato- ya tiene las suyas.







¿Qué recuerda de su padre?

Mi padre era un anarquista siciliano. Y músico. Y vivíamos una época distinta. El comunismo era importante durante gran parte del siglo XX. Había tipos como Tulio Fernández do Santos y Marcos Kanne de Oberá, figuras históricas y los dos comunistas.







Bueno, pero visto a la distancia, el Comunismo parece un cuento de hadas ¿verdad?

Y, ya no es como era antes: era combatiente y doctrinario. Mi peluquero Rolón que tenía su peluquería frente al (hotel) Savoy era uno. Me iba a cortar y charlábamos. Habitualmente nos tuteábamos. Pero cuando se largaba a hablar del comunismo… “como usted sabe mi amigo”… . Y yo le decía: “Dejá de hinchar las pel… ch'amigo…si me estuviste tuteando”. Y Gómez el padre del historiador actual (Julio Alejo) era manicuro, paraguayo y comunista.







Usted desarrolló buena parte de su vida en Eldorado. ¿En qué año conoce?

En 1948, para visitar una novia que tenía. Vivía en el Kilómetro 8. Tengo un libro escrito sobre Eldorado ese magnífico pueblo que… nada que ver con lo que es ahora.







¿Cómo era Eldorado?

Le cuento. Me fui de visita y pude comparar la cultura sajona con relación a la latina, italiana. Mi padre y abuelo sicilianos eran explosivos: Si veían mirando a la hija, enseguida soltaba un “figlio da putana”, y se te venían encima. En cambio en Eldorado, yo era el candidato de la hija: me recibían, me atendían, tenía una piecita para dormir. Y compartía las comidas. Una cultura totalmente diferente.







¿Algún recuerdo especial?

Sí. Recuerdo haber ido a una celebración de fin de año en el kilómetro 23 y había lechón. Pero era muy gordo. Pura grasa. Evité comerlo y fui atrás. En una casa de madera con una galería había un viejo con barba leyendo. Y fui hasta esa galería. En alemán leía ‘Así hablaba Zaratustra’ de Federico Nietzche. En medio del monte, ese hombre estaba leyendo uno de los libros de filosofía más difíciles. Esa era la cultura de Eldorado.







Más ejemplos

Según Monaca, en Eldorado había una cultura cívica notable. Al “Copetín al Paso” de Gerd Muller lo bauticé la Avenida Corrientes. Estaba abierto las 24 horas. Recuerdo que están tomando cerveza y miraban la Plaza Sarmiento. Y ahí mismo decidieron. “Vos traé tal cosa, yo tal otra”. Al día siguiente, ellos estaban arreglando con sus peones la plaza Sarmiento. Todo lo hacían ellos y todo estaba bien. Arreglaron la plaza de primera, sin cobrar un mango. Por amor al pueblo. Es el ejemplo más hermoso de sistema solidario de cooperativismo. Eso también había en Montecarlo, Puerto Rico. Todo lo hacían desde el sector privado: el puerto, las calles, telefonía, electricidad, televisión, agua. Todo lo hizo la cooperativa. Eso se lo explica a gente hoy y nadie lo puede creer”.







¿Así era esa ciudad?

Sí. Eldorado era la capital de la joda.Todo era rentable: El té, la yerba, la madera, el citrus. Zettelman exportaba 350 mil cajones de su packing. Por cada cajón de naranjas que vendía, ganaba un dólar. Con esa plata, en lugar de sacar afuera la inversión, reinvirtió e hizo Aeronorte. El mejor avión era Aerocomander. El mismo que usaba el entonces presidente de EE.UU. (Dwight) Eisenhower.







¿Hay diferencias?

¿Y qué te parece? Cómo hoy vas a gozar si ganás 2 mil pesos y no podés ir a un copetín y pagarte un trago y una picada. En aquella época si cinco tipos se juntaban, eran cinco botellas de cerveza. Y si seguía la ronda, eran diez botellas. Pero nadie se emborrachaba porque tu dinero valía. Era una cuestión psíquica. Hoy sentís el olor de un corcho con vino y ya te agarrás un pedo de la gran siete porque estás con problemas y el alcohol te afecta más. Algunos me dicen '¿cómo seguís tan fuerte? Y, estoy así porque estoy conservado en alcohol.







Otra tema, igual pasión

Llega el turno del periodismo. La cuestión no es comparar épocas pero Tito no esquivará el bulto. Bien valen sus reflexiones.







El periodismo ¿era mejor o diferente?

Es lo mismo que yo hago al comparar las profesiones del médico de antes y el de ahora. El médico de ahora tiene toda la tecnología. “Con la tecnología que tienen ahora, hay que esperar el análisis de sangre, el centellograma, y tantos otros. Antes un médico te decía: Agachate, a ver saque la lengua (hace el gesto) miraba el fondo del ojo, te tomaba la pulsación y te daba la receta. Y algunos se enojan cuando yo digo hoy que lo mejor para hacer un diagnóstico es la chacra 60. Me dicen, “¿qué es?”. Y yo: El cementerio: Hacés una autopsia y sabés perfecto qué (males) tenía una persona.







¿Y con las técnicas?

El alma de la redacción es el archivo. Antes el periodista sabía hacer de todo un poco como los médicos generalistas. Me tocó el caso cuando muere el boxeador José María Gatica. El jefe de redacción me pide que haga la nota. Y yo no conocía nada de boxeo. Pero tenía algo fundamental -me enseñó también Lucho Pérez- el alma del diario, el archivo. Cuando está enfermo (el papa) Pío XII y el jefe de redacción dice: Está grave el Papa. Y con el archivo armamos todo en función de la (eventual) necrológica. Y dejamos arriba la parte donde debía decir (si ocurría el hecho) Ciudad del Vaticano (urgente). A tal hora, falleció. El resto estaba todo hecho. Y qué casualidad. Fallece a medianoche. Entonces, como ya estaba todo hecho, a las una de la mañana ya estábamos en la calle y les ganamos a todos los diarios de la competencia. Y todo por el archivo que acá nadie da pelota.







¿Y la lucha?

También. En todo eso hay un cambio tan grande en la cultura ciudadana. Hoy pasamos y vamos a pie. Estamos sentados en el bar. Y viene otro y dice: “Mirá éstos. Tuvieron poder, tuvieron todo y ahora andan sin ningún mango”. Y pasa un tipo en 4x4. Fue concejal después intendente. Era un “seco” (persona con pocos ingresos) y tres o cuatro años atrás vos le pagabas el café en la vereda. Ahora, pasa y ni te saluda. Y la gente dice: “Mirá qué tipo inteligente, qué tipo piola”. Esa es la sociedad que tenemos.







¿Y por qué tenemos eso?

Porque también se dejó en el colegio lo que antes en la escuela se llamaba Instrucción Cívica. Era para enseñarnos a ser 'ciu-da-da-nos'. Y ahí volvemos a lo mismo de la maestra, ¿no? Y es falso lo que dicen los políticos de ahora.







¿Cómo es eso?

Ellos pretenden tener mayoría parlamentaria para tener gobernabilidad. Ahí hay una falacia. Yo fui secretario parlamentario de la Ucri en 1963 a 1966 había ocho partidos. Fue el período en que se sancionaron las mejores leyes que tiene Misiones.







¿Porque salen por consenso?

Claro. Eso hay que insistir. Y les digo a amigos periodistas. No pueden sacar sólo la mención: “No fue aprobado tal proyecto por la mayoría automática”. Para que el pueblo sepa, hay que poner el nombre de cada uno de los que votó como parte de esa mayoría automática. Y hay que poner la cara de cada uno de ésos. Ya que se vota lista sábana y aparece mi vecino: ‘Bueno. Ah, eras vos el que votó en contra de los intereses de mi pueblo’. Y le quita el saludo. Poner eso de la mayoría automática sin aludir a quién se refiere es otro error.







¿Y hay más?

Sí. Viene el periodista y dice: '¿Qué voy a hacer. Si me pagan, que se vayan al diablo todos?' Y no es así. Falla el político, en particular el de la oposición . Y yo les encaré una vez. Y me dicen: ‘¿Qué querés que haga?’ Y yo: 'Hay que luchar ch'amigo'. Y el otro: “No, porque si mandás a los diarios, no te lo publican”. Y yo: “Bueno, hacé como hago yo: si no te publican aunque no tenga un mango, hago 50 copias y hago de Mariano Moreno y voy a un café y le doy una a cada uno”.







¿Recuerda algo de El Territorio?

Sí. Yo le comentaba a (el ex director de El Territorio) Lucho Perez que la mejor manera de sacar un diario era el contacto piel a piel. Cosa que ni los políticos de ahora hacen ni los periodistas. Entonces tener una caja chica y darle al periodista achispado que vaya a la churrasquería a almorzar y vea y escuche. Y tenga los oídos bien parados. Y antes de ir a la churrasquería que pase por la confitería del centro. Y escuche todo.







¿Y ahora cómo es?

Ahora no. Ahora te dicen: “Tenés que ser más mesurado”. Esa es otra falsedad que tienen los periodistas de hoy en día. Dicen: Yo no estoy con este ni con el otro. No. No. El periodista debe aceptar que conduce la opinión pública. Si tiene pruebas sobre un funcionario, debe decir. “Señor funcionario, usted es un delincuente”







¿Y qué pasó en el Cabildo Abierto?

Cuando estuve en el Concejo Deliberante le agradecí a la doctora Gottschalk. “Lo primero que tenemos que hacer es cambiar el nombre de la capital de la histórica provincia de Misiones. Jamás puede llamarse Posadas. Porque Gervasio Antonio de Posadas fue el más grande enemigo que tuvo la provincia. Con los pueblos de Misiones creó la provincia de Corrientes. Fue el 22 de mayo pasado. Y no salió nada en ninguno de los diarios de Misiones. Calculo que los periodistas se habrán ido a cag… por eso no salió nada (risas).

Terminé de hablar diciendo que hace 26 años por una iniciativa del diputado misionero Cleto Rauber se aprobó una ley y se promulgó con la firma del presidente Alfonsín la obligación de levantar un monumento a Andresito Guacurarí en la plazoleta Misiones en Buenos Aires. Qué hicieron nuestras autoridades hasta ahora. Hubo muchos aplausos. A la tarde mientras había un cabildo abierto y de repente se para alguien y me apunta con su dedo (yo me asusté un poco) y dijo a los gritos. “Ahí está el valiente periodista misionero verdadero. Nunca se acobardó”. Eso no salió nada en los diarios.

Hasta ahora, al menos, ¿verdad, Tito?



El perfil (descripción del entrevistado)

Alberto “tito” Monaca

Nació en Posadas en 1930.

Su padre Pedro del Salvador Monaca músico de profesión pero también anarquista. Su familia provenía de Sicilia.

Quiso ser médico pero por problemas ideológicos (estaba fichado de ‘comunista’) no pudo ingresar. Trabajó en la agencia de noticias Saporiti. También estuvo en Clarín y en Télam. En Misiones escribió Econorte que salía con El Territorio. Fue director de Prensa de César Ayrault. En el último Gobierno militar propició la Comisión de Defensa de los Legítimos Intereses de Misiones (Codelim) y evitó el desguace de empresas misioneras

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