viernes, 11 de marzo de 2011

La historia del hombre que escribe para los ricos Marcelo Elbaum

Marcelo Elbaum publicó el libro Hombre rico, hombre pobre
Un escritor argentino especialista en asesoramiento financiero destacó que los inmigrantes que vinieron al país forjaron fortunas sólo con ahorro
Al destacar que el ahorro sigue siendo la base de la fortuna para aquellos que eligen de manera honrada hacer crecer sus capitales, el asesor financiero Marcelo Elbaum destacó que esa virtud se hallaba inserta en los genes de los inmigrantes que hicieron grande la Argentina.

Elbaum, un contador recibido en la Universidad Nacional de La Plata cuya fama se ha disparado fuertemente al publicar su obra “Hombre rico, hombre pobre”, puso de relieve esta cualidad de los que llegaron de ultramar para poblar el país. “Hubo miles de inmigrantes que llegaron sin nada a nuestro país desde fines del siglo XIX y que sin más ayuda que su propia capacidad de trabajo y talento lograron forjar pequeñas, medianas e incluso grandes fortunas”, indicó en su obra más conocida y publicada el año pasado.

Los colonos y el “colchón”

En Misiones, es conocida la vocación de “apostar al colchón” de muchos colonos que llegaron a estas tierras a inicios del siglo XX. La diferencia con respecto a lo que marca Elbaum está en las colonizaciones del Norte y Nororiental de Misiones (la línea de la ruta 12, por así llamarlo) donde muchos europeos llegaron con capital ya que se trataba de emprendimientos privados.
Así están los casos de Montecarlo, Eldorado y Puerto Rico.
Pero en esencia, el fenómeno coincide con lo que sostiene Elbaum. “Estos artífices –dijo refiriéndose a los inmigrantes- del engrandecimiento del país y de su movilidad social poco tienen que ver con la idea de que el dinero es nocivo, sino por el contrario, son un verdadero ejemplo de que existen caminos honestos y morales para enriquecerse”.

Los primeros bancos que aparecieron en Misiones datan de 50 ó 60 años atrás.
Es decir, que muchos de los colonos misioneros debieron reinvertir sus excedentes de dinero en los procesos productivos, en bienes de capital (maquinarias, vehículos, cosechadoras) o en animales.
Igualmente, con el paso del tiempo, el ahorro debe transformarse en inversión, sostuvo Elbaum.

Las otras herramientas

En un país como Argentina que terminó por conocer el flagelo de la inflación, cualquiera sabe de qué se trata la cuestión.
Tener el dinero inmovilizado (en el colchón o en el banco) puede ser tan devastador como gastarlo todo a medida que entra.
Así durante los 70 y los 80 fueron surgiendo unos pocos instrumentos de inversión a los que argentinos se han sentido propensos a recurrir, a saber: los plazos fijos (depósito del capital a determinada cantidad de días con el pago de intereses) y la compra de dólares.
Los argentinos se hallan poco inclinados a recurrir a alternativas como los bonos, las acciones y instrumentos financieros que cotizan en la Bolsa, algo que sí ocurre en otros lugares del mundo, en especial, Estados Unidos.
En “Las Correcciones”, el escritor estadounidense Jonathan Franzen relata las peripecias de una familia de clase media de su país (muy asemejada a la suya propia) donde viven la explosión bursátil de los 90 (la era de Clinton) apostando a la Bolsa y dándose la gran vida con viajes en Cruceros y demás lujos sólo con los excedentes que producía su capital en la especulación financiera.
Cuando todo se derrumba (con el estallido de la burbuja tecnológica, y la caída de las empresas digitales o punto.com) logran salvarse debido a que el patriarca de la familia había puesto sus ahorros en los conservadores bonos del Tesoro de Estados Unidos (considerada la inversión más segura del mundo).
En este sentido, Elbaum –que también es magisten en Disciplinas bancarias y posee un MBA en Londres- enfatizó que la gente debe aprender a realizar el paso del ahorro a la inversión sin temores (ver aparte “Seis pesos son suficientes”).


Consejo para padres

Al hablar de los chicos y la plata, Elbaum dijo en una entrevista a Gerardo Rozin de C5N: "Hay que darle a los hijos un peso por semana por la cantidad de años que tienen. Por ejemplo, a un chico de siete años se le darían siete pesos… Hay que dejar que los chicos se equivoquen gastando la plata… En la Argentina tenemos que empezar a hablar de dinero, los chicos después empiezan a tener mitos y terminan teniendo una relación tortuosa con el mismo…"

Seis pesos son suficientes


"Seis pesos por día es muy probable que mucha gente lo pueda ahorrar, si eso lo hacemos durante cuarenta años y obtenemos una rentabilidad promedio entre el ocho y el diez por ciento, seguramente vamos a tener 375 mil dólares… Después hay que hacer que el dinero crezca… Por ejemplo, a partir de los 1000 pesos ya se puede colocar en un fondo común de inversión", indicó el economista Marcelo Elbaum en su obra Hombre Rico, Hombre Pobre.

Y ejemplificó cómo llegó a ese número. “Está bien, con los 6 pesos por día se llegará a los 29 mil dólares en ese lapso de tiempo y esto parezca increíble, ¿verdad?”

En ese punto recordó que todo está en la forma de calcular los intereses. “La clave se encuentra en la tasa de interés compuesta. Esto quiere decir que cuando la rentabilidad es del 10 por ciento (anual) y se invierten 100 pesos, al final del primer año se obtienen 110 pesos (o sea le devuelven el capital de 100 pesos más 10 pesos de interés), pero en el segundo año se reciben 121 pesos, o sea un rendimiento del 10 por ciento sobre 110 pesos”.

En ese punto, redondeó. “Allí residen la magia y el secreto que -lógicamente- dan por tierra con la falsa creencia de que del pequeño ahorro cotidiano no nace la riqueza”.


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