martes, 17 de agosto de 2010

The good wife: Un retrato veraz y genuino del Estados Unidos actual

Una serie norteamericana terminó su reciente primera temporada con 23 capítulos y una notable capacidad de retratar el espíritu de Norte (América) de su pueblo, sus preocupaciones y su alma.
Se llama The Good Wife y esta buena esposa es –simplemente- la mujer de un político (en rigor, un funcionario judicial pero que compite por su cargo en elecciones) que descubre no sólo que su marido le es infiel sino que pagó mucho dinero para contratar una call girl y del día a la mañana no sólo pierde el cargo (él), sino que los demás integrantes de la familia (la mujer y dos hijos adolescentes) deberán abandonar el barrio lujoso en que viven y mudarse a un departamento pequeño. Todo esto con el cambio de amistades, de barrio y de escuelas para los hijos.
Ella vuelve a ejercer la abogacía -por un viejo conocido de la Facultad- que la deja entrar como una asociada junior en su bufete. El problema es que todo se da en un país en crisis: hay desempleo y en el propio estudio jurídico hay despidos.
Y después la trama, claro está.
Tiene esa noble virtud de un argumento corto (el del capítulo) y uno largo que arranca en la primera escena del piloto y finaliza con la últimísima escena del capítulo 23.
Y dos hallazgos más
Ya se sabe que es una serie sobre abogados y la justicia y que de esas, hay varias en EEUU.
Pero los guionistas dieron una vuelta: no se trata solamente sobre “delitos penales” (no es sobre muertes, huesos, ADN de fallecidos o manchas de sangre). Acá se recorre “todo el espinel de temas”: desde un divorcio de un músico de rock que tiene 50 millones de dólares en su cuenta, hasta el caso de una madre que quiere operar al hijo que lleva en su vientre de una cardiopatía y la obra social no quiere cubrirla pasando por los regímenes del Sabat judío que impiden hacer algo por los demás hasta llegar a los choferes de un tren que fallecen en un accidente de trabajo y la empresa no quiere pagar nada a las viudas.
En una palabra: fuero universal.
Y el segundo hallazgo: En un momento dramático de la serie una de las protagonistas dice claramente: “No estamos para hacer justicia. Estamos para que gane nuestro cliente. Si después, igualmente, se hace justicia, bienvenido sea”.
No hay buenos-buenos ni malos-malos.
La gente se parece más a la mayoría. Con altas y bajas.
Juliana Margullies pone el cuerpo a esta buena esposa que dan ganas de apoyar y esperar que todo vaya bien. Notable. Y recomendable, claro está.

2 comentarios:

  1. La verdad no la vi... pero parece interesante. La abogacia es una profesion de la que todos podemos llegar a necesitar, pero es tan compleja. Por ejemplo, la pelìcula Carancho refleja el complot que hay entre los medicos y los abogados cuando hay accidentes de transito, una realidad de nuestro pais.

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  2. ¡Es verdad! Y eso es lo bueno de este envío. Las series donde se muestran a los investigadores notables (algunos con leer los rostros y gestos mentirosos ¡ya pueden resolver los casos!) y casos que se resuelven chocan muchas veces con nuestra realidad. Lo que tenemos son planteos con abogados de ambas partes que pugnan y luchan y donde el tema del poder muchas veces interfiere. ESA es la realidad de esta serie

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