lunes, 5 de abril de 2010

¿Y qué pasa cuando te piden que no publiqués?


En enero pude conocer el Duty Free de Puerto Iguazú.

Un lugar bárbaro.

Y con buenos precios.

No pude con el genio y realicé anotaciones donde pude y desplegué en una nota.

Pero no me dejaron entrar con la cámara fotográfica el lugar.

Así que cuando me iba, me presenté y entregué mis datos y el deseo de que la firma me enviara una o varias fotos del interior que es muy creativo.

Y la encargada me hizo saber que dependía de Nelson Álvarez el gerente.
Lo notable es que lo conocía a Alvarez porque habíamos compartido un congreso de turismo unos años atrás. Él representaba en ese entonces a Iguazú Argentina, la firma que explota el Parque de Cataratas. Y yo, a El Territorio, por supuesto.

Bueno, esperé y esperé.

Hasta que me llamó el jefe de marketing del diario avisándome: "No, esa nota no va".

-Pero, por qué?

-Pedido del Duty Free.

Le reclamé a Alvarez alguna explicación y la misma fue una tomada de pelo.

La nota nunca pudo ser publicada.

Y para sacarme la mufa, al menos, la publico acá.
Más allá de que no la conocían (nunca muestro mi trabajo a otros que no sean mis jefes) creo que no merecía este destino.

En fin. Por el amigo Álvarez que sí recibió a otros medios y prohibió a El Territorio, allá vamos. Estamos en la era de internet.. y como esos granos de adolescencia, lo que se reprime en un lado, salta por otro...





Duty Free: El imperio de los gustos

Puerto Iguazú (especial).
Los chorros de agua que salen de las fuentes dan la bienvenida al viajero. Así el visitante se va acercando al Duty Free y tiene una primera sensación de que se trata de un lugar relativamente pequeño.
Pero es una impresión errónea.
Adentro habrá tanto para ver que se le podrán ir varias horas en el recorrido del centro de ventas con distintos departamentos que tendrán un común denominador: apostar a satisfacer los pequeños (o grandes) placeres y gustos de los mortales. Desde los productos de electrónica hasta los juguetes pasando por los perfumes, relojes, bebidas alcohólicas de alta graduación hasta llegar a vestimentas, calzados y productos derivados del tabaco realizados de manera artesanal.
Aunque va a cumplir nueve años de existencia, el Duty Free Shop Puerto Iguazú (DFSPI) tiene una presencia mediática que se halla resaltada por Araceli González la popular actriz argentina que desde hace dos años es “la imagen” del lugar.
Pero el Duty Free Shop tiene más para festejar que los aluviones de visitantes (en especial, brasileños) que los atiborran por estos días de veraneo 2010.
Por ahí va un recién llegado desde Pato Branco del estado de Paraná con su changuito cargado con dos cajas (de doce botellas cada una) de vodka sueco Absolut. En un mes de oferta, el que se lleve al menos cuatro botellas recibirá una coctelera gratis. Bueno, este hombre se acopió de varias cocteleras evidentemente.
Así, hay más para festejar.
El DFSPI -gerenciado por el Grupo London Supply- fue elegido a fines del año pasado como el mejor Duty Free del mundo al recibir el premio Frontier Award 2009 que otorga desde hace 25 años la Editorial Frontier, esta vez en ocasión de la Tax Free World Association Exhibition que anualmente se lleva a cabo en Cannes, Francia (famosa por su festival de cine, además). Así, este galardón llega por segunda vez para este emprendimiento, y ratificó que los recibidos en 2007 no constituyeron una casualidad.
En qué consiste
Inaugurado en marzo de 2002, el Duty Free Shop se encuentra detrás del paso Fronterizo. Es necesario contar con la documentación correspondiente para salir del país para poder ingresar.
¿Qué es un Duty Free, o Free Shop? La traducción lineal da alguna idea: se trata de un negocio que vende mercaderías libres de impuestos. “Son establecimientos autorizados para la exposición y venta de mercancías nacionales y extranjeras en puertos aéreos internacionales (tipo Ezeiza) en puestos fronterizos (como el de Iguazú) y marítimos de altura”, dicen los manuales de derecho comercial internacional.
“Hay de todo y algunas cosas son tan económicas como en los comercios habituales”, señala Vanesa Cabrera una morena de ojos increíblemente claros (después aclarará que se trata de lentes de contacto, que le quedan muy bien, por otra parte). “Así tenemos este juego de tetera italiana Santini con dos tacitas y sale 21 dólares”.
Ahí cerca se aprecia una fuente de cerámica que estaba a 20 dólares y en promoción vale sólo 14 dólares.
¿Qué más se sabe su naturaleza jurídica y su justificación? Los duty free shop apuntan a que los pasajeros que salgan del país directamente al extranjero (o arriben) compren mercancías nacionales o extranjeras sin el pago de impuestos al comercio exterior ni cuotas compensatorias, siempre y cuando la entrega de dichas mercancías se realice en los puntos de salida del territorio nacional. Y además deben llevarlas consigo al extranjero o retornado a él se abonen los impuestos aduaneros correspondientes sobre la franquicia permitida. En este caso, se podrá comprar hasta 300 dólares y no se pagará impuesto alguno.
La magnitud del emprendimiento, organizado como una tienda por departamentos, con una superficie cubierta de más de 5000 metros cuadrados significó la creación de puestos de trabajo para Puerto Iguazú y localidades vecinas. “De hecho, soy Wanda –aclaró Vanesa Cabrera pero la mayoría de los que trabajamos aquí es de acá de Puerto Iguazú”.
Mundo chip
La tecnología apabulla y como diría Aldo Ferrer “nada hay más que se comoditice como los productos tecnológicos”. Pruebas al canto: Un reproductor DVD Philips está a 59 dólares. Sí, leyó bien. Y si usted es argentino, cuando retorne a Misiones no pagará nada más. Por allá, se ofrece otro DVD de marca Coby a 56 dólares.
Y apabullan otros productos. Un televisor de 42 pulgadas cuesta 899 dólares. El joven de Iguazú que atiende es rápido para los cálculos: esos 899 dólares serán unos 3470 pesos. La franquicia cubre hasta 300 dólares (es única y no acumulable). Así habrá que pagar el 50% de los impuestos por los 599 dólares restantes. Así 599 dólares por 3,86 (la cotización al momento) que da 2312 pesos pero que se divide por dos (el 50%) esto es, unos 1156 pesos. Entonces, habrá que sumar esos 3470 pesos iniciales más los 1156 pesos del cargo y darán 4626 pesos. Eso sí: habrá que tener una camioneta o baúl bien grande para llevar semejante aparato.
Un hombre con acento claramente de Buenos Aires mira las computadoras portátiles y hace cálculos. “La más barata es ésta de 429 dólares (pero hay que recordar que habrá que pagar 50% de impuestos por los 129 dólares sobre la franquicia), pero la que es buena es esta Acer, que sale 635 dólares. Es un ‘fierro’ ya que viene con doble procesador (se le dice Dual). Uno abre varios programas ‘pesados’ y es como si… nada. Es fantástica”, afirma el hombre que es ingeniero y conoce.

Con acento francés
Los locales dentro del DFS tienen diversos motivos, pero el que impacta y llama la atención es el Perfumería.
Con una impronta francesa (no hay casualidades) se accede por una fachada que es una inmensa torre Eiffel. Y adentro, allá arriba diversos motivos se pueden apreciar. Un barco con luces ‘parte’ en el río Sena y se mueve de un lado a otro. Más allá, la torre de Notre Dame se destacan. Y por allá giran las paletas del Moulin Rouge mientras las bailarinas de piernas interminables bailan su can-can. Por allá un gendarme hace sonar su silbato y una actriz recibe el asedio de los paparazzi. También se aprecia la propia Torre Eiffel. Una maravilla.
Y abajo, claro está, el mar de sensaciones fragantes. Todas las marcas aparecen y son muchs, eh. Kenzo, Jennifer Lopez, Uma Thurman expone sus largas piernas para Givenchy, mientras por allí se ve el de Estée Lauder. “En estos momentos para mujeres el preferido es la línea Carolina Herrera. Es increíble cómo llevan esta marca: fíjese en este momento no queda nada”, señala una vendedora. “Ella (Herrera) es una venezolana que se crió en Nueva York y lanzó sus perfumes en 1980. Luego su hija se estableció en Madrid y trabajan en contacto”, acotó la joven vendedora que tenía un buen background.
¿Y en varones?, quiere saber el curioso periodista.
“Y, anda muy, pero muy bien, (la firma italiana) Dolce & Gabana”, redondeó.



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